La fascinante historia de las maletas vintage
Las maletas vintage tienen una larga e interesante historia que se remonta a la década de 1800. En esa época, los viajeros llevaban sus pertenencias en maletas o baúles de cuero hechos a mano, o en maletas de lona llevadas a mano o a caballo.
En la década de 1870, las compañías ferroviarias diseñaron maletas de madera que parecían cajas, pero su aspecto y tacto eran primitivos y, a menudo, incómodos para el viajero. A finales de 1800, la introducción de nuevos materiales y una artesanía más calificada llevaron al diseño de maletas que permitieron a los viajeros colocar más cosas en un accesorio compacto y cómodo.
Los diseñadores de principios del siglo XX pensaron mucho en la apariencia, el tacto y las características de las maletas vintage. No fue hasta la década de 1930 que la mayoría de las maletas se fabricaron con una combinación de cuero y lona, lo que resultó en una maleta liviana pero duradera. Las opciones duraderas y con estilo se hicieron muy populares en la década de 1940, y con el interés generalizado en los viajes aéreos en la década de 1950, los detalles y los colores se volvieron cada vez más importantes.
Hoy en día, las auténticas maletas vintage siguen siendo muy buscadas, ya que se han convertido en piezas icónicas del diseño moderno. Los coleccionistas y entendidos suelen buscar ciertas señas de identidad, como el sello o el nombre del fabricante, el tipo de cierre (hebilla, broche o candado), el tipo de asa o la tela que lo cubre. Gracias al fuerte pedigrí de las maletas vintage, la industria moderna del equipaje de viaje se ha visto fuertemente influenciada por sus diseños extravagantes.